Los fondos se destinan a gran número de objetivos: dotar a los trabajadores de nuevas competencias y estimular a las empresas para que innoven y creen empleo; preservar el entorno natural y mejorar la calidad de vida mediante inversiones en tecnologías que reduzcan la contaminación; financiar el trazado de carreteras y ferrocarriles y la construcción de puentes, tendidos eléctricos y gasoductos a todo lo largo y ancho de la Unión; garantizar la diversidad cultural y los intercambios educativos; brindar ayuda de emergencia en caso de inundaciones o terremotos; etc. etc.
El principio de solidaridad rige el gasto no sólo dentro, sino fuera de la UE. Más de 7 000 millones de euros van a parar más allá de sus fronteras. Como potencia económica y política que es, la UE no ignora su responsabilidad a la hora de fomentar el desarrollo económico y social, mantener la paz y ayudar a las poblaciones afectadas por catástrofes naturales o conflictos en todo el mundo.
La UE trabaja más estrechamente con tres grupos de países en desarrollo – los de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) – a los que le unen fuertes vínculos históricos, con las economías emergentes del Este y del Mediterráneo y con los países que esperan llegar un día a ser miembros de la Unión.
martes, 16 de diciembre de 2008
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